Crecimos con la cultura cooperativa. Muchos de nosotros comenzamos a trabajar en otras cooperativas del grupo y fuimos “reubicados” en FAGOR, que era entonces la principal cooperativa “solidaria”, por falta de trabajo en nuestras cooperativas origen. Fundamos CAJA LABORAL con nuestro dinero e ilusión, tuvimos el dinero en ella, los seguros en LAGUNARO, los electrodomésticos FAGOR y las compras las realizábamos en EROSKI. Cuando ahorramos algo de dinero lo invertimos, pensando en nuestra jubilación, en nuestra cooperativa porque todos nos beneficiábamos y creíamos colaborar en el desarrollo de nuestro pueblo.
Hemos leído, con tristeza y rabia, el comunicado firmado por la Comisión Permanente del Congreso de Mondragon. Muchos estamos jubilados o prejubilados, aunque hay un número considerable de socios en activo, y teníamos todos nuestros ahorros invertidos en FAGOR. En él nos decís que lo hemos perdido todo y que no tenemos derecho a una solidaridad ilimitada. Somos cerca de 1500 personas, jubilados y gente sencilla, a las que nos han quitado los ahorros de nuestra vida. Muchos solicitamos la devolución del dinero bastante antes de la quiebra y no recibimos ninguna respuesta. Ordaindu mantuvo varias reuniones con el presidente y el vicepresidente. La solidaridad ha sido uno de los principios básicos del movimiento cooperativo Mondragón. Este se fundamentaba en los postulados del propietarismo e igualitarismo y constituía una importante vía frente al capitalismo individualista. Se han perdido muchos de nuestros valores morales y éticos. Antes el cooperativismo era un referente de solidaridad, integridad y eficacia. Fagor Electrodomésticos era, hasta hace unos años, la máxima referencia de dichos principios y fundamento.
Comentáis que otros cooperativistas perdieron sus aportaciones al capital social de la empresa. Los socios que cuando se cierra Fed estábamos en activo asumimos la pérdida del capital social que teníamos. Lo que no asumimos y por ende reclamamos, son las aportaciones voluntarias, préstamos mercantil, el capital social pendiente de devolución y que los socios/as de Fed en edad de trabajar (al igual que lo que entendemos se hizo con los/las socios/as de esas cooperativas que en su momento cerraron sus puertas) se consoliden en las diferentes cooperativas de la Corporación. Es muy fácil predicar, desde vuestro alto pedestal de favorecidos, los riesgos y prerrogativas de los socios/as de una cooperativa. Cuando preguntábamos en el departamento de personal por la garantía de nuestros ahorros se nos contestaba que era la de toda la Corporación. Ahora vemos que somos como unos preferentistas más engañados por los directores de sucursal. ¿Solidaridad ilimitada…?
Algunos de los antiguos fundadores se echan las manos a la cabeza.“Menos Mondragón será el sálvese quien pueda”, augura Javier Retegi. “Me temo que van a ir diluyéndose los lazos y que cada uno va a ir por su cuenta”. Comparte la idea de que la internacionalización ha desvirtuado los planteamientos cooperativos.
“El proyecto social ha ido perdiendo peso a favor del empresarial”. Antonio Cancelo subraya “Las cooperativas están obligadas a rendir cuentas y a no practicar este oscurantismo que roza lo pecaminoso”. Nosotros/tras decimos que intuimos que el proyecto que se presente a la aprobación del congreso, no va a servir como soporte que evite en el futuro hechos como el de Fed y solucione de manera digna los costos sociales, económicos y síquicos que la liquidación de una cooperativa genere. Lo intuimos, porque lo acontecido se presta a un proceso de reflexión horizontal y no solo a nivel de los órganos corporativos.
Indicáis que Mondragon no tiene competencias para atender a las peticiones realizadas. Sin embargo afirmáis que la tenéis para realizar reubicaciones, solidarizar resultados y aportaciones ordinarias y extraordinarias desde los fondos corporativos. Queremos recordaros que siempre se ha trabajado como grupo en la Corporación y FED ha sido el mayor contribuyente de recursos. Cuántas cooperativas pequeñas han sobrevivido gracias a ello. Tal como reconocen los informes de auditoría de FED y ante las dudas de los auditores sobre los resultados del futuro, los Administradores de Fed formularon y avalaron las cuentas considerando la “existencia de mecanismos para mantener el apoyo financiero de sus socios de la Corporación Mondragon, …” Resaltáis, igualmente, que sois los principales acreedores de las sociedades concursadas. Debemos recordaros que todas estas partidas ya están dotadas en vuestros balances, cosa que nosotros no podemos hacer en el nuestro. Os recordamos que la liquidación, como habéis propagado a la opinión pública, os permitirá no perder más dinero (ahorro para las empresas) y, además, recuperar algo en el proceso. ¿No dispondrías así de una aportación extraordinaria en los fondos corporativos? ¿No se podría pensar en préstamos participativos? Es claramente un tema de voluntad.
Muchos lazos, muchos esquemas se han roto, pero la quiebra mayor es la pérdida de la confianza, la de los socios en su propia corporación y la de la sociedad vasca y sus instituciones en el grupo que pareció encarnar un bien común blindado por la solidaridad interna y la excelencia de la gestión. El velo de la pureza cooperativa se ha roto y sus vergüenzas han quedado a la vista. El coro de miradas que examina el cráter se pregunta si la solidaridad podrá ser rescatada para seguir aspirando a que la economía se ponga al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio de la economía. Se ha hecho un ejercicio “de libro” de ingeniería financiera. Se deja caer una empresa y se compra la misma por un 5% de su valor para empezar nuevamente sin cargas financieras y con muchos de sus anteriores gestores... En el camino se quedan los pequeños proveedores y socios trabajadores que pierden sus ahorros. ¿Es lícito?
Los argumentos éticos son importantes pero entendemos que los argumentos penales y jurídicos que tenemos también lo son. Sería triste que, pudiéndose alcanzar un acuerdo limitado a nuestras reclamaciones y plausible, tuviéramos que meternos en demandas que dieran lugar a un resultado de consecuencias ilimitadas e impredecibles.
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Hemos leído, con tristeza y rabia, el comunicado firmado por la Comisión Permanente del Congreso de Mondragon. Muchos estamos jubilados o prejubilados, aunque hay un número considerable de socios en activo, y teníamos todos nuestros ahorros invertidos en FAGOR. En él nos decís que lo hemos perdido todo y que no tenemos derecho a una solidaridad ilimitada. Somos cerca de 1500 personas, jubilados y gente sencilla, a las que nos han quitado los ahorros de nuestra vida. Muchos solicitamos la devolución del dinero bastante antes de la quiebra y no recibimos ninguna respuesta. Ordaindu mantuvo varias reuniones con el presidente y el vicepresidente. La solidaridad ha sido uno de los principios básicos del movimiento cooperativo Mondragón. Este se fundamentaba en los postulados del propietarismo e igualitarismo y constituía una importante vía frente al capitalismo individualista. Se han perdido muchos de nuestros valores morales y éticos. Antes el cooperativismo era un referente de solidaridad, integridad y eficacia. Fagor Electrodomésticos era, hasta hace unos años, la máxima referencia de dichos principios y fundamento.
Comentáis que otros cooperativistas perdieron sus aportaciones al capital social de la empresa. Los socios que cuando se cierra Fed estábamos en activo asumimos la pérdida del capital social que teníamos. Lo que no asumimos y por ende reclamamos, son las aportaciones voluntarias, préstamos mercantil, el capital social pendiente de devolución y que los socios/as de Fed en edad de trabajar (al igual que lo que entendemos se hizo con los/las socios/as de esas cooperativas que en su momento cerraron sus puertas) se consoliden en las diferentes cooperativas de la Corporación. Es muy fácil predicar, desde vuestro alto pedestal de favorecidos, los riesgos y prerrogativas de los socios/as de una cooperativa. Cuando preguntábamos en el departamento de personal por la garantía de nuestros ahorros se nos contestaba que era la de toda la Corporación. Ahora vemos que somos como unos preferentistas más engañados por los directores de sucursal. ¿Solidaridad ilimitada…?
Algunos de los antiguos fundadores se echan las manos a la cabeza.“Menos Mondragón será el sálvese quien pueda”, augura Javier Retegi. “Me temo que van a ir diluyéndose los lazos y que cada uno va a ir por su cuenta”. Comparte la idea de que la internacionalización ha desvirtuado los planteamientos cooperativos.
“El proyecto social ha ido perdiendo peso a favor del empresarial”. Antonio Cancelo subraya “Las cooperativas están obligadas a rendir cuentas y a no practicar este oscurantismo que roza lo pecaminoso”. Nosotros/tras decimos que intuimos que el proyecto que se presente a la aprobación del congreso, no va a servir como soporte que evite en el futuro hechos como el de Fed y solucione de manera digna los costos sociales, económicos y síquicos que la liquidación de una cooperativa genere. Lo intuimos, porque lo acontecido se presta a un proceso de reflexión horizontal y no solo a nivel de los órganos corporativos.
Indicáis que Mondragon no tiene competencias para atender a las peticiones realizadas. Sin embargo afirmáis que la tenéis para realizar reubicaciones, solidarizar resultados y aportaciones ordinarias y extraordinarias desde los fondos corporativos. Queremos recordaros que siempre se ha trabajado como grupo en la Corporación y FED ha sido el mayor contribuyente de recursos. Cuántas cooperativas pequeñas han sobrevivido gracias a ello. Tal como reconocen los informes de auditoría de FED y ante las dudas de los auditores sobre los resultados del futuro, los Administradores de Fed formularon y avalaron las cuentas considerando la “existencia de mecanismos para mantener el apoyo financiero de sus socios de la Corporación Mondragon, …” Resaltáis, igualmente, que sois los principales acreedores de las sociedades concursadas. Debemos recordaros que todas estas partidas ya están dotadas en vuestros balances, cosa que nosotros no podemos hacer en el nuestro. Os recordamos que la liquidación, como habéis propagado a la opinión pública, os permitirá no perder más dinero (ahorro para las empresas) y, además, recuperar algo en el proceso. ¿No dispondrías así de una aportación extraordinaria en los fondos corporativos? ¿No se podría pensar en préstamos participativos? Es claramente un tema de voluntad.
Muchos lazos, muchos esquemas se han roto, pero la quiebra mayor es la pérdida de la confianza, la de los socios en su propia corporación y la de la sociedad vasca y sus instituciones en el grupo que pareció encarnar un bien común blindado por la solidaridad interna y la excelencia de la gestión. El velo de la pureza cooperativa se ha roto y sus vergüenzas han quedado a la vista. El coro de miradas que examina el cráter se pregunta si la solidaridad podrá ser rescatada para seguir aspirando a que la economía se ponga al servicio de la sociedad y no la sociedad al servicio de la economía. Se ha hecho un ejercicio “de libro” de ingeniería financiera. Se deja caer una empresa y se compra la misma por un 5% de su valor para empezar nuevamente sin cargas financieras y con muchos de sus anteriores gestores... En el camino se quedan los pequeños proveedores y socios trabajadores que pierden sus ahorros. ¿Es lícito?
Los argumentos éticos son importantes pero entendemos que los argumentos penales y jurídicos que tenemos también lo son. Sería triste que, pudiéndose alcanzar un acuerdo limitado a nuestras reclamaciones y plausible, tuviéramos que meternos en demandas que dieran lugar a un resultado de consecuencias ilimitadas e impredecibles.