Los afectados por el cierre de Fagor y Edesa lamentan ser “víctimas de la versión más capitalista de la Corporación Mondragón”
Ordaindu y Eskuratu confían en que la jueza aprecie la responsabilidad del grupo cooperativo por haber mantenido artificialmente con vida al fabricante de electrodomésticos
Las asociaciones Ordaindu y Eskuratu de afectados por el cierre de Fagor Electrodomésticos y Edesa han asegurado que el juicio en el que han demandado a la Corporación Mondragón más de 47,5 millones de euros por haberles inducido a mantener sus ahorros en las dos empresas quebradas a pesar de que sabía que su cierre era irreversible, “ha puesto de manifiesto la verdadera cara” del grupo cooperativo de Arrasate. Según han expresado, “la Corporación Mondragón ha mostrado su versión más capitalista, de la que todos los demandantes son víctimas”.
Las dos plataformas de afectados han mostrado su satisfacción tras la celebración de la última de las cuatro sesiones del juicio en el Palacio de Justicia de Bergara. Según han afirmado, en la sala de vistas “ha quedado claro que los directivos de la Corporación Mondragón y los antiguos ejecutivos de Fagor Electrodomésticos han faltado sistemáticamente a la verdad al haber negado que transmitieron al colectivo de socios trabajadores e inactivos un mensaje de confianza”. Las dos asociaciones han recordado que, por medio de las actas del Consejo General del grupo cooperativo que obran en los autos se ha revelado que todos esos directivos idearon y concertaron un relato ficticio sobre la situación económica de Fagor Electrodomésticos para evitar la salida masiva del dinero que los antiguos trabajadores tenían depositado en las dos empresas”.
Ordaindu y Eskuratu han recalcado que la Corporación Mondragón “no era un tercero cualquiera; tenía una influencia fundamental en el colectivo de cooperativistas y todos los mensajes que lanzaba se interpretaban por los socios trabajadores e inactivos como garantía de futuro”. Es por ello, han agregado, que “si sus responsables, sabiendo o debiendo saber que Fagor Electrodomésticos ya estaba muerto, nunca debieron haber transmitido al colectivo que tenía un futuro cierto”, en referencia a las palabras que expresó el expresidente de la Corporación Txema Gisasola ante numerosos empresarios y medios de comunicación.
Finalmente, las asociaciones de afectados han mostrado su confianza en que la titular del Juzgado de Primera Instancia 1 de Bergara apreciará la responsabilidad de la Corporación Mondragón por haber “mantenido artificialmente con vida a Fagor y Edesa con el fin de evitar un concurso de acreedores desordenado que pudiera impedirle quedarse con los principales activos” del productor de electrodomésticos.
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Ordaindu y Eskuratu confían en que la jueza aprecie la responsabilidad del grupo cooperativo por haber mantenido artificialmente con vida al fabricante de electrodomésticos
Las asociaciones Ordaindu y Eskuratu de afectados por el cierre de Fagor Electrodomésticos y Edesa han asegurado que el juicio en el que han demandado a la Corporación Mondragón más de 47,5 millones de euros por haberles inducido a mantener sus ahorros en las dos empresas quebradas a pesar de que sabía que su cierre era irreversible, “ha puesto de manifiesto la verdadera cara” del grupo cooperativo de Arrasate. Según han expresado, “la Corporación Mondragón ha mostrado su versión más capitalista, de la que todos los demandantes son víctimas”.
Las dos plataformas de afectados han mostrado su satisfacción tras la celebración de la última de las cuatro sesiones del juicio en el Palacio de Justicia de Bergara. Según han afirmado, en la sala de vistas “ha quedado claro que los directivos de la Corporación Mondragón y los antiguos ejecutivos de Fagor Electrodomésticos han faltado sistemáticamente a la verdad al haber negado que transmitieron al colectivo de socios trabajadores e inactivos un mensaje de confianza”. Las dos asociaciones han recordado que, por medio de las actas del Consejo General del grupo cooperativo que obran en los autos se ha revelado que todos esos directivos idearon y concertaron un relato ficticio sobre la situación económica de Fagor Electrodomésticos para evitar la salida masiva del dinero que los antiguos trabajadores tenían depositado en las dos empresas”.
Ordaindu y Eskuratu han recalcado que la Corporación Mondragón “no era un tercero cualquiera; tenía una influencia fundamental en el colectivo de cooperativistas y todos los mensajes que lanzaba se interpretaban por los socios trabajadores e inactivos como garantía de futuro”. Es por ello, han agregado, que “si sus responsables, sabiendo o debiendo saber que Fagor Electrodomésticos ya estaba muerto, nunca debieron haber transmitido al colectivo que tenía un futuro cierto”, en referencia a las palabras que expresó el expresidente de la Corporación Txema Gisasola ante numerosos empresarios y medios de comunicación.
Finalmente, las asociaciones de afectados han mostrado su confianza en que la titular del Juzgado de Primera Instancia 1 de Bergara apreciará la responsabilidad de la Corporación Mondragón por haber “mantenido artificialmente con vida a Fagor y Edesa con el fin de evitar un concurso de acreedores desordenado que pudiera impedirle quedarse con los principales activos” del productor de electrodomésticos.